Momentos de despreocupación que traen rejuvenecimiento espiritual y jovialidad.

  Niveles de estrés referentes al trabajo o actividades intensas, influyen negativamente otorgando nerviosismo e inquietud diaria. No obstante, puede revertirse dando prioridad a momentos de relajación.

  Será una etapa en la que no se respetan los ritmos naturales del organismo, propiciando miedos, depresiones y decaimientos. Indica la necesidad de utilizar toda la energía para equilibrarnos física y psíquicamente.

  Depresión, descuido y desorganización nos dejan vulnerables, debilitándonos, siendo propensos a tener algún tipo de enfermedad, que pasará desapercibida. Estar atentos para sacarla a la luz.

  Se tiene el dominio de la situación. Las enfermedades se disipan y todo concluirá con éxito.

  Debemos comprometernos con nuestra propia salud. Prestar atención al estado de ánimo, procurando estar confiados y tranquilos.